Tu, tiempo, que me desmostraste sus mentiras
Tu, Tiempo, que me enseñaste a amar en la distancia
Dulce tiempo que apaciguas el dolor
Que llenas tus espacios de sordos lamentos
que calmas mis iras con tus 10 segundos
Sé el láudano para mis heridas
Sé el veneno para las suyas
Tiempo, que anelas la eternidad de un beso
que apagas la llama del fuego
que forjas mi alma de hierro
No perdones sus belleza
Hazle caer
tiempo, se mi as
dadle tiempo al tiempo
Si dais fuego al hierro, marcaréis su piel
pero solo yo soy hierro.
Poeta en tiempos decadentes
El infierno y sus amenazas,
Con sus inextinguibles brasas
Jamás someterá esta voluntad.
Tiempo, bajo una losa de mármol
gusanos a su carne
comida de su ser
Tiempo, que me robaste de sus labios
Terrible pecado imborrable el saberse amado
Dulce placer oculto al imaginarle muerto
Parásito del amor
mendigando el propio
desechando el ajeno
mutilando los restos del pasado
Tiempo, da gusanos a su carne
que sea la tierra lo que sus labios besen
que sea la oscuridad de la fosa lo que sus ojos vean
Era inevitable.
El cuchillo se adentro en la carne, y donde no tenia espacio, se lo hizo a fuerza de un desgarro.
Un juego sucio que acabo manchado de sangre.
lunes, 11 de abril de 2011
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