martes, 28 de junio de 2011

cuando los angeles caen


Odio actuar como una maquina, odio sonreír falsamente cuando siento la carne de mi vientre putrefacta, cuando los ojos, secos ya de dolor y rabia, me escuecen sin poder llorar.

 
Odio a la gente que me rodea, odio estar sola entre un mar de seres que me miran acusadoramente esperando mi caída, mi inevitable caída.

Odio amar tan desesperadamente, con una ansiedad que me lleva la una muerte agónica y prematura de todo lo que siento. Odio el fuego que quema mis venas cuando miro, le miro, y hablo sin pensar.

La sinceridad es una condena que llevo sobre mis hombros, que aprieta mi cuello como una cadena soldada a mi espina dorsal. Pronuncio el te quiero cuando lo siento, cuando quizás el silencio y la indiferencia es la respuesta que amar al amor merece.

De nuevo todo perece.

Las flores se secan ante el calor del sol, la carne se pudre, mi alma se llena de moscas y el barro del hombre se agrieta.

Odio tener que vaciarme de nuevo, vomitar sentimientos de forma antinatural, introduciendo las manos en mi alma como los dedos en la boca de una bulimica. Comiendo me a mi misma.

Siento la agonia de antaño, el miedo al mismo error, a caer en la vorágine de la autocompasión, el engaño.

Ahogarme en el calor de cuerpos ajenos, que cubrían mi piel aplastandola con el peso y el calor afixiante de la muerte...

Por que la muerte, esa eterna y fiel compañera que nunca abandona mi mente, a veces mi piel quisiera que cubriese con sus fríos labios, esos labios cortantes como el acero, pero eternos.

La soledad, amante que busque en mis noches de amargura, vuelve a mi como una amorosa madre.
De nuevo la luna me juzga y ante luz se me haya desnuda, infecta, marchita y rota. Muerta fría y descompuesta.

Cuando los angeles caen...¿producen sonido sus huesos al romperse contra el asfalto? quizás la dulzura de tu cuello se tensó ante el miedo a la altura a pesar de poseer alas...

jueves, 16 de junio de 2011

La dulzura de tu cuello

Del por que te he encontrado en el momento mas adverso de mi vida aún no lo se.
Tampoco se si todas nuestras diferencias nos harán unirnos, complementarnos y mejorar o solo abrirá entre nosotros un abismo inexpugnable.

No se si lo que siento por ti puede llamarse amor, pues hace ya tiempo que comprendí que amor es solo una bonita palabra más.

Si existiese una palabra que abarcase la ternura, el cariño, el deseo, la dulzura de tu cuello y la profundidad de tu mirada,.. la aplicaría a lo que siento cuando me tocas.

A veces tengo algo de miedo, pues me bastó mirarte un solo instante para saber que te tendría.

Y no como mis efímeros caprichos pasajeros. Sino algo más intenso. Un segundo, un latido. Y me lance al abismo sin miedo alguno.

A veces pienso que me guío por instinto, quizás capte algo en ti que solo yo podía captar.

Mis manos, antaño muertas, cobraron vida esa misma noche en que nuestras miradas se cruzaron...

Y plagaron de sueños el suave papel, cubriéndolo de sinuosas formas dalisianas, quizás derretidas por la intensidad de un recuerdo aún no acontecido.

Pinté que el tiempo sería láudano para mis sentidos, trazé la muerte en mi mirada, pero resucite de entre las sombras del campo santo.

Y mi piel no yacía carcomida por el tiempo, sino fresca y suave, como los pétalos de una rosa que se abre al recibir el rocío de la mañana.

No se como describir esto que se filtra por mi piel cuando te tengo cerca.

Aun cuando no estas cerca puedo sentir el aroma de tu piel. Cierro los ojos y paladeo el sabor a canela de tu cuello.

Podría tirarme horas observando el vello de tu pecho y no me cansaría de mirar.

Ahora se que tal es la intensidad que la belleza del amanecer que oscurece el resto de los sentidos. Así me siento cuando te tengo cerca.

No hay ola, nube, arena o caricia del viento que pueda hacerle sombra a la inmensidad de tu luz, pues solo tengo piel para recibir tu calor.

Y siempre fui de las que apreciaron las noches de luna llena como compañera.
Las estrellas me guiaban, pero apareciste en el cielo y se apagaron por envidia.

No se si lo que siento por ti puede llamarse amor, ternura, cariño, deseo,... la dulzura de tu cuello y la profundidad de tu mirada,..mis manos antaño muertas
cobraron vida...









jueves, 9 de junio de 2011

Culpable¡¡¡



Disney es el gran culpable del 98% de las decepciones amorosas en el genero
femenino comprendido entre los 15 y 25 años.

Así que si alguna vez te han defraudado, puteado , humillado o degradado, no pienses jamás que la causa fue que no quisistes ver más allá, que parecía enamorado, que que tonta fuiste por creerle....la culpa a Disney¡¡

Quizás el pobre se retuerza en las entrañas de la tierra, supurando los viejos resquemoresde miles y miles de féminas ardientes por tomar un hacha y cortar las cabezas de sus ex amados. Quizás se una a la guerra de sexos, cadáver andante entre filas de amazonas urbanas ataviadas de Chanel y Lalissa...

Pero no nos olvidemos que Disney era hombre, macho alfa que creo a personajes tan femeninamente estereotipados como la Sirenita, Blancanieves o Cenicienta.


Mujeres débiles de carácter que se pasaron la mitad de su vida cantando, hilando o nadando, y que solo empezaron a tomar las riendas de sus vida cuando conocieron al príncipe, supuestamente fuerte, guapo, etc,...que las salvan de las crueldades a lomos de su caballo blanco y las encierran en su castillo, donde probablemente volvieron a ser sumisas, siguieron cantando y alimentando a la prole (e hijos bastardos no mencionados) de sus amados príncipes.

Quieres ser una princesa, nena?

Pero esa es otra historia que Disney no contó...por que era un hombre¡¡¡
Y ahora digo yo: eres mujer y estas en este porcentaje peligroso....sigues esperando al príncipe? para que? para reinar? acaso no te duelen los pies de tanto zapato de cristal? si quieres huir de el, por que no te calzas unas botas? para que llevar vestidos bonitos si estas fantástica con esa camisa ancha que le cojes después de ***** locamente?

Por que conformarte con que te lleven a caballo si puedes tomar tu las riendas?
No es fácil, nadie dijo que lo fuese....pero es infinitamente mejor.
Cabalga tan lejos como puedas del castillo, del principe...quizás tropieces con alguien diferente, que no esperabas...y te sorprenda tanto que el coja su propio corcel y cabalgue junto (ni por detrás, ni por delante, ni encima, ni debajo...para eso que se pague a una zorra. JUNTOS) a ti.

Hay amores que son como un veneno, que te emponzoñan y matan tus esperanzas. Otros simplemente se limitan a contemplar como supuran tus heridas, y los más afortunados son aquellos que te dan la mano y aprietan, aguantando el dolor contigo.

Los príncipes se limitan a mirar, los cabrones a hacer daño. Los que te dan la mano son aquellos que no esperas.

Si eres mujer y estas dentro de este porcentaje, piensa. Si te aparece un principe, tirale del caballo y huye. Es divertido verles la cara cuando se quedan en la estancada.
Si es pozoñoso...jamás te montes con el, y si lo haces, tirate tu del caballo aunque el golpe sea duro, pues ten por seguro, que te levantarás más fuerte.

Tu no eres una princesa Disney....eres una reina, te mereces lo mejor. Si te llaman zorra por decidir tu vida, adelante, que lo hagan. Mejor zorra libre y feliz que sumisa esclavizada con una cadena de oro.

Las normas están para saltarlas, los limites para pasarlos...y la vida para vivirla.












domingo, 5 de junio de 2011

TRÁS LA TORMENTA.....

Me encontraba perdida, a los pies del abismo,
retorcida entre cuerpos ajenos,
el sudor se enfriaba sobre mi piel febril en las noches de luna llena.

Miraba ojos vacíos que prometían diamantes que solo eran cristales rotos bajo mis pies,
cadáveres que creía vivos me guiaban por campos pantanosos.

El lodo, manchando mi vestido, pesaba sobre mi alma como una losa.
Nunca me cansé de caminar, y a casa paso,
sangre, barro y lágrimas...

El cielo, plomizo, auguraba una tormenta, que estalló sobre el cielo helando mis venas.
Y rota, cansada del camino, yací sobre el barro del destino.

Pero en la oscuridad de las aguas te encontré.
Brillabas a pesar de la suciedad que manchaba tu nombre,
y te parecí un ser limpio a pesar del lodo que ocultaba mi rostro.

Me hundí para poder salir,
me ensucié para ser pura,
sangré para curarme...

Reflejo que nubla mis sentidos con la velocidad de un rayo,
me bastó mirarte un instante para saber que podías renacer a través de mi imagen.

Y el cielo dejo su tono gris para ser azul de nuevo.
El fuego del infierno nunca pudo quemar mi piel,
pero la luz del sol...
Respiro el aire, que tras la tormenta, es fresco.
Y todas mis heridas, mis viejos temores y mis quedos lamentos quedan en el pasado.

Sé que tus ojos fueron arrasados por la cruel melancolía.
Que no guardaban escondido ningún precioso secreto,
Bellos arcones sin joyas, medallones sin reliquias...

¿Serás vaso fúnebre que aguardará ser colmado por mis lágrimas?
¿O perfume que hace soñar en aromas desconocidos?

Tu, mi bello espejo, sabes que entre rosas hoy me hayo,
mas sus crueles espinas amenazan con dolor si un paso en falso doy,
atrás quedo la ciénaga de putrefactos aromas,
más de nuevo mis miedos asoman.

Bien se que existe un dolor que toda sustancia devora,
más también se que cuando me llegue la hora,
si a la muerte tengo por consejera,
entre rosas muerta me hallarían.

Amor...que pierde sentido cuando se pronuncia.
Que llena cuando solo cierras los ojos y se siente.
Que quema cuando te hieren.

Pero te miro, te siento,
y escucho un sordo lamento,
un temor escondido.

Pensé que estaba demasiado insensible para sentir en este momento,
mirando el reloj que latía mi ultimo tiempo.
Pero me levanté del lodo manchada y dolida,
con tu mirada a la mía prendida
........