sábado, 9 de octubre de 2010

Alzo mis manos, que un día cubrieron tu piel.

Grito al viento tu nombre, pero El aleja las palabras...
El barro y mi cabello se funde en un cálido abrazo.
La oscuridad nubla mi vista. Grito al viento tu nombre, pero el trueno insonorìza mi voz.

Hoy el día se tiño de negro por mirarte, por sentirte, por odiarte.
Hoy de nuevo quise olvidarte, y de nuevo, me descubrí recordándote.

Rodeada de almas que vagan y pronuncian sordos lamentos. Cadáveres putrefactos bajo las tumbas. Niños que mueren de hambre. Rencor por el rechazo. Tijeras en mis manos, cortando los hilos necesarios que un día me ataron a ti.

Maldita por la eternidad, aislada por propia voluntad. Sencillamente no tengo fuerza.

Sonrisas que ocultan, lágrimas enterradas. Veneno que cubre mi lengua y al besarme muestras todo su candor, su dulzor, su eterna aflicción.

Fatal error del destino cruzar nuestras miradas fue, mas la muerte desvió cruzarseme primero.
Se oye en la calle el grito de la parca. Hija bastarda de la miseria, acuname bajo tus brazos. Que tu yugo caiga sobre mi rostro, más no manches mi vestido....

Las plañideras junto a mi cadáver lloran por mi muerte, más reír debieran. La noche cubre mi rostro, pero ni sombra de dolor.

Dulce es el sabor de la sangre que cubre mis labios, que llena mi alma, que pudre mi ser, que mata mi alma.....maldita por la eternidad.