Cuando Ophelia despierta de su sueño, descubre que el ritual vuelve a ser pasajero. El amor es efímero. El dolor…infinito. Apenas unas horas de vida, el cuerpo yace de nuevo inerte sobre la mesa. Ahoga sus gritos y sigue buscando, la forma de traerle. Quizás necesite más sangre, más sesos, más muertes. Ophelia se corta, se arranca trozos de dedos, de orejas,.. Llevara de nuevo el ritual. Y así, Ophelia continua su existencia, pintando de sangre su rostro, llenando su cuerpo de heridas y el de su amante de costuras.
Ophelia, la muñeca del destino.
Lady darkny the doll
lunes, 31 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario